Una Tarde con Carmen Berenguer

Esta es una NO ENTREVISTA a Carmen Berenguer (9 de septiembre de 1942 – 16 de mayo de 2024), yo no soy periodista pero aún así la poeta punk me abrió las puertas de su casa ubicada en una de las puntas de Las Cruces en el Litoral de las poetas. Aquí, el trabajo se trató en extraer partes de una conversación larga y muy familiar, junto a sus hijos y su marido.

Quiero agradecer desde ya a toda su familia, que al igual que ella, me acogieron de forma excepcional sin conocerme de nada. Por la intimidad de esta conversación que ocurrió un 17 de marzo de 2022, muchas veces comencé su redacción y muchas veces desistí. Ahora, qué Carmen se ha ido, la comparto, con el fin de que su gran persona siga tomando vida, ya que eso era ella, una vida latente y profunda que hizo de la poesía su gran herramienta y arma, con la que se defendió y también atacó para develar tantas verdades. Cuando muchas otras persona prefirieron desistir a los argumentos.

Sin más preámbulos, les invito a esta sala de rocas, con unos quesos exquisitos, vino y otras cositas:

C (Carmen): La Cimarra, el sentido de la cimarra en concepto chileno, tú lo sabí. El sentido de no trabajar, una fuga. Yo hice mucho la cimarra. Para ir al cine. Todo el cine de vanguardia europeo lo vi en el cine Toesca en Huerfanos en Santiago, desde los 13 años, hasta grande ya. Después iba a otros cines, me gustaba el pum norteamericano, me gustaba el colorinche en ese momento, muy entretenido. Hasta el día de hoy veo mucho el cine, me gusta mucho mirar películas.

E (Esteban): ¿Qué has visto últimamente?

C: Lo último fue Bestia, en realidad me remite a varias cosas y sobre todo a la dictadura de una manera horrorosa. La muñeca hace que sea un horror. Se me hace una cosa diabólica, como el chuqui. 

E: Esa porcelana que es tan endeble, como que se va a quebrar en cualquier momento.

C: A mi me regalaron una muñeca de porcelana cuando era chica, era linda.

(Pasa por fuera su esposo, “el papá”)

C: Yo no tuve papá hasta los 17 años, nací sin padre, era wacha en Chile.

E: Por qué dices que fuiste wacha hasta los 17 años.

C: Por qué tuve un pololo medio huevon y me convenció de que indagara más sobre mis raíces, hasta que llegué a mi padre. 

(Viene un salto de temas, de aquí por allá mientras servimos la primera copa de vino)

C: Cuando conocí a mi padre, le conté que me llamaba emperatriz, a lo que él respondió que era ridículo, qué nadie me podría nombrar fácilmente por lo largo que es el nombre. Sin embargo, muchos me dicen emperatriz. Este fin  de semana de hecho vino un amigo, joven, muy joven, tengo muchos amigos jóvenes, él es un poeta, pero, también es muy viejo en lo que cantar refiere. cantamos canciones como: 

(Canta) A la mar fui por naranjas, cosa que la mar no tiene.

Me hizo un tango este chico, lo tenía hasta la mitad, pero ahora trajo la canción terminada y en una de sus estrofas decía por ahí, Carmela Emperatriz, así que, desde ese día soy Carmela Emperatriz, otro nombre más, bueno he tenido tantos nombres, qué uno más. (Se ríe).

E: Carmen qué viene para este año junto a tu poesía.

C: Mira ahora las invitaciones que me llegan son por Zoom, me invitaron a una feria en Bogotá pero, por Zoom.

E: Si te invitaran para que fueras presencialmente ¿irías? 

C: No, en estos momentos preferiría hacerlo por aquí. 

(Entra Carola la hija de Carmen)

Carola: Oie disculpen, pero ¿ustedes son poetas o no? Una conversación de poetas:

(Canta) Tiene, un corazón de poeta

No, que lindo en verdad, pero como que el poeta se envuelve en el verso.

Carmen: Tú eres música también, sumate a la conversación. Salud (Brindamos).

E: Te pude leer cuando te contacté por la Plaza de la Dignidad, un texto completo en su totalidad.

Carmen: Ese libro lo escribí en medio de la locura del año pasado, en la que me vi envuelta, de una publicidad de la cual no estoy acostumbrada, comenzó por un libro, una antología de la que participe “La plaza tomada” Daba muchas entrevistas, podían llegar a ser hasta 5 al día. Después nos vinimos aquí a Las Cruces y me estallaron los ojos, nos quedamos aquí, hasta que llegó la pandemia y nos seguimos quedando. Pero, ahora no sabemos que vamos a hacer, si volvemos o nos quedamos.

E: ¿Crees que estar acá, en el litoral, va confabulando en tu estilo al momento de ponerte a escribir?

Carmen: Siempre digo que cada escritor tiene que encontrar su estilo, y últimamente me he sentido muy cómoda con el desborde, irse al chancho con las palabras, con el lenguaje, con todo.  Hay una poeta Fanny que me pidió un prólogo para su poemario y es así, desbordante, sin apegarse tanto al verso. La gente está muy deconstructiva, no quiere saber nada con los límites, eso ya es un problema, pensar en los límites es problemático, todo lo que tenga que ver con norma, es un problema. Por ejemplo en ese sentido a mi me gusta Ginsberg. 

E: ¡Holy, holy, holy, holy!

C: Ese es un grito, la poesía necesita de gritos de repente. Beatnik, como la Anne Waldman, Diane di Prima, entre muchas otras que estuvieron con ese movimiento, tan de machos, pero aún así, ellas iban y se permitían desbordar desde su poesía.  

  • Poema de Anne Waldan:

Mujer habla rápido.

Quiero ser la mujer que habla rápido

quiero ser la mujer que habla rápido, no tienes que escucharme, quiero ser la mujer que habla rápido, no tienes que escucharme, hablar, hablar

Quiero ser la mujer que habla rápido, no tienes que escucharme, hablar, hablar.

E: Muchos se aprovecharon de ese levantamiento poético para lanzarse con una poesía muchísimo más libre. 

C: Esa es la línea, algo rupturista, de los que buscan y salen por otros lados. Nicanor Parra, tiene su propia ruptura al estilo Beatnik.

E: Bueno hablando de Nicanor Parra, esta bien cerca de esta casa.

C: Bueno, estamos en un espacio bastante monjil, hay un monasterio por ahí, lleno de monjas, y no hablan, son silenciosas, una cosa bien mística, barbara. Bueno y de aquí también provienen los diez, un grupo de locos, una patota de locos, un caldo de locos. Además, con pintores como Juan Francisco González, escritores como Eusebio Lillo, Poetas, bueno aquí se paseaba Neruda y el otro Huidobro, venían mucho. Venían de Cartagena, allá se hacían las fiestas y estos que eran los insurrectos de la aristocracia, se venían para acá. Aquí al lado vivía Tony Falabella, tremendo compositor, al que venía a ver mucho Neruda. Todo esto a sido así, un traspaso, yo llegué por acá con el Pancho Casas.

(Aparece Carlos, su hijo)

Carlos: ¿Más vino?

E: Bueno, ¿Te sirves una copa? 

Carlos: Yo estoy tomando cerveza, soy más cervecero. Oie, andan estresado los gatos, es que estuvieron enjaulados, para llevarlos a la veterinaria, teníamos que vacunarlos.

E: Oie, ese gato no está operado.

Carlos: No, es es mi regalón, a veces me trae lauchas pa’ la casa.

(El gato se acerca a la mesa y se roba unas galletas)

Carmen: Dale otra, para que deje de molestar. 

E: Mira, esta revista fue la primera edición de La Cimarra. Ahora estamos preparando el segundo nro. y vamos a publicar uno de tus poemas de la plaza de la dignidad.

C: Hay varios poemas para la mujer en ese libro, uno muy bonito sobre la olla común. Oie, hablando de revistas, hay una que te voy a mandar, pero, he andado con muy pocas ganas últimamente, pero es una revista que trabajo con la SECH (Sociedad de escritores de Chile). También armamos una revista imaginaria con un poeta de Oregón de EEUU. Él es mi chaman y con él vamos a sacar un número. 

(Entra el Papá, hablamos de sus fotografías, su interés por los insectos y la fotografía de ellos). 

C: Aquí se ha venido a vivir ene gente, además, me da miedo ir a Santiago, por qué paso encerrada. Y aquí en Las Cruces se están haciendo cosas. Lo dirige un compadre el Luis Merino y tiene sus cosas por acá, también se está haciendo el Museo de Nicanor. Él tenia una casa que se la quemaron, se llamaba el castillo negro, la construyó el mismo arquitecto que construyó esta casa, era el discípulo de Ermic Solar, gran arquitecto que tienes sus trabajos por todas las playas. En fin, le quemaron la casa, tuvo unos problemas, esta casa se compró con una mujer que vivía aquí. Esta mujer estuvo como dos años acá conmigo y fue insoportable, ella pasaba tomando.

E: Acá en el litoral puede estar todo cerrado, pero siempre vas a encontrar una botillería abierta, esas no fallan.

C: La soledad.

E: Pasando a otro tema ¿Qué opinas del plagio en la literatura?

C: Todos copian, a veces uno se queda pegado con un texto y escribe uno. El Sergio Parra no sé sí lo conocí, él era poeta y él escribía poesía. Una vez se quedó pegado con Carver, un escritor que escribía cuentos, y todos le enrostraron que su pluma era una copia a Carver. 

(En eso entraron las gatas de Carmen a pasear por el Living)

E: ¿Y de tu amistad con Pedro Lemebel?

C: Pedro, Pedro Paramo (Se Ríe) Sipo, teníamos una onda muy especial con el Pedro, eramos amigos y no sé po hacíamos conjeturas medias erradas, igual eran conjeturas para nosotros. Pensábamos mucho en nuestras vidas también. Habían paralelos en nuestras vidas, el en un tiempo y yo en otro, el tenía cómo diez años menos que yo.

E: ¿Cómo se conocen?

C: Yo estaba en la SECH desde más o menos el 81′, fui a una taller y en ese tiempo hubo una estampida de las universidades, como los que venían del pedagógico, los perseguían a todos y se escapaban todos. Cómo a muchos los perseguían, muchos de ellos llegaron a la SECH, estaba el Nicanor Parra que hacía un taller de poesía ecológica.

E: ¿Ecológica?

C: Sí, ahí estaba haciendo sus talleres, salía para la calle con sus estudiantes y cuando daba la luz verde, los agarraba a todos y les decía ¡PARE! (Ríe). Muy divertido. Bueno Lihn también, Tellier también que estaba alrededor, tomando como enfermo, con sus Reinas Para otras primaveras que fue un libro muy lindo que escribió en esa época. Bueno, Paseo Ahumadan de Enrique Lihn.

E: Jodorowsky ¿también estaba dando vueltas por ahí?

C: También se daba sus vueltas, Arteche. Estaban todos todavía vivos, habían varios vivos. Renato Cardenas, Mario Ferrero, buenos poetas del sur y del norte. No, el poeta chileno sabe a lo que tiene que enfrentarse, sabe que aquí te van a marcar, así (Hace gestos). Este es poeta, este no ¡Fuera! Tiene que llegar con mucho aplomo con la poesía. 

E: Cómo cuando la gente se pone en frente y se pone a declamar.

C: En Argentina, también había un lugar donde la gente iba a declamar, separaban unas mesas y la gente declamaba, le llamaban, Slam poético (Ríe). 

Carola: Estuve en Madrid becada, y me llevaron por el barrio madrileño, y en una de esas llegamos donde un poeta peruano que mi mamá le dijo “Cuida a mi hija”, era político, que llegó escapando de los Túpac Amaru. 

C: Al poco andar se hizo poeta. Pero, le dije que era machista y se enojó conmigo.

Carola: El punto es que el me llevó por todos lados y me hice de una amiga que se llamaba Pepa Díaz, que me preguntó, ese Lemebel, qué buen apellido no, y Berenguer que buen apellido también. Yo le dije y cual es el apellido de tu abuela o bisabuela y me dijo Trapote, y quedó así po, y ahora escribe con ese nombre, Trapote.

E: Cómo Truman Trapote

C: Capote (Ríe) Buen nombre Trapote.

Carola: Llegaba corriendo súper atrasada, vivía a la cresta allá en Madrid y llegaba estudiando a La Casa América y estaba un Profe Ecuatoriano, súper top, súper Open Mind y él nos decía, vamos a hacer un ejercicio y ustedes van y escriben, escriben un sueño, después escriben una situación de un diálogo o un conflicto y al final rematan con una imagen de un cuadro, una descripción. 

E: Esta bueno el ejercicio.

Carola: Y el cielo de Madrid, los mosaicos en el piso, así que en España todo pasando. Lo pasé súper bien y aprendí mucho. Llegué acá y me deprimí. Porque no habían fondos, yo hacía mis monólogos, hacía mis cosas ¿y?…

C: Mis amigas me extrañan en Santiago, me dicen, no vienes a vernos y yo no puedo, estoy lejos, pero, no quiero quedar como una poeta aislada.

E: Pero, puedes hacerte del tiempo y para ciertos acontecimientos importantes puedes viajar.

C: Claro, están pasando cosas importantes, viene la constituyente y con mis amigas nos juntamos y conversamos. Pero, no voy a moverme hasta que me sienta en condiciones. 

E: Además, acá uno se recupera, descansa, el tiempo pasa y no nos damos ni cuenta.

C: El sol me gusta, mirar cómo avanza, tener la oportunidad de ver cuando se oculta el sol, es lindo ver las puestas de sol. Pero, vienen para acá también po, ahora vienen unos chicos a grabar, para una entrevista sobre el 2019. O está el zoom, con el ahora podí estar conectado desde cualquier parte.

Atardecer desde la casa de Las Cruces

E: Uno está conectado todo el tiempo.

C: Pero, uno tiene que hacerse el tiempo para escribir y aquí se hace más fácil. 

Carola: A veces hacemos música, me invita a sonorizar algunos poemas.

E: ¿Con qué instrumentos?

Carola: Con el teclado, y también la traversa, pero cada vez menos, es que me va quedando poco aire, fumo, entonces…

Carmen: Puedes poner una canción de Hector Pavez, una canción que dice “Sólo por quererla…”

E: ¿Y estas canciones dónde se escuchaban en Santiago?

Carmen: En su época en la radio o las peñas. (Suena la canción Corazón de escarcha de Hector Pavez).

Después de escuchar esta canción, nos fuimos a su jardín a tomar fotos, aquí comparto una selecció

No entrevista por Esteban Garó

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