Poesías en Cuarentena Por c/Piño choroy

Colectivx Piño choroy junto a Revista la cimarra, han realizado una convocatoria semanal para los slam de poesía del Piño choroy, los días jueves por Instagram Live. La semana pasada, la consigna fue «Cuarentena», algunos de los poemas leídos por lxs participantes, los compartimos y dejamos invitados a seguir colaborando. #quedatencasa y aprovecha de leer estos poemas de Connie Cobelman, Jesus de Cain, GOnzalo Robles y Ninfa maría… vamos a leer!


Escribo lo que no lloro, lloro lo que no escribo. 

Yo no le tengo miedo a la muerte

yo le temo a la moralidad humana

a la ética médica

le temo

a la falta de protocolos

del manejo del dolor de la muerte misma

le temo al angustia de mi familia

de mis amigos

y sobre todo al de mi hija

que sufriria en esta sociedad

que le dirá que pena y luego la olvidará

no a mi familia ni amigos

sino esta sociedad

que ha olvidado a cada niño y niña sin madre

no le temo a la muerte, que dicen por ahi

es un espacio de paz

como cuando de cansada solo te duermes. 

Le temo a la falta de criterio,

que me manden a mi casa

y me ahogue con un paracetamol

o sin el

y les contagie a todos el miedo de no poder solucionar lo que se viene

le temo al dolor de morir ahogada.

Y sentir cada ausencia de aire

y que nadie haga nada. 

Temo a salir de su boca como un número y sin nombre

sin comuna, ni calle

Que asco salir de esa boca

llena de mentiras. 

No quiero morir y que me contabilice

con su carencia emocional  

o su secretaria o su subsecretario

no quiero salir de su boca, yo

que nací inmaculada por un canal de parto 

estéril de esta miseria humana

me da pena hacer este poema

este conjunto de versos tan tristes y llenos de miedo

pero, es lo que se hacer

lo que me sale de adentro para gritar el miedo que me da morir

en este sistema de salud

que le dirá a todo Chile, quizas qué 

qué enfermedad de base podría tener

qué ni yo sabía…

Yo no le temo a la muerte

Sino al proceso indigno que tenemos para hacerlo.

Por Connie Cobelman


Cuatro Paredes

Levantarse para desayunar y quedar desocupado
son tres paredes y mi mente de tabique cuarto
mi vista al techo intentando darle forma a la mancha de humedad.
Me duermo tarde y aun así estoy en pie desde temprano
es un martirio, con mis pensamientos lo es aun más
intento zambullirme en la memoria y recordar esas expediciones por mis cerros.
Con la densa camanchaca, y los llantos de albatros de fondo
todo eso lo perdí cuando llegue a la ciudad.
Todo esto lo voy perdiendo con el paso de la cuarentena
millas de preguntas que dejo en el papel
para recordar como hablar con otro ser.
Le llaman distanciamiento social pero es absurdo
en la fila para comprar el pan, estoy yo y alguien a un kilómetro.
La masturbación se hace habitual, pero nada me quita esas ganas de tocar
de ser tocado, mientras con el espejo simulo conversar .
De vuelta a la cama otra vez, ya no quiero ir por la calle
pero quiero escapar, lanzarme contra la marea y nadar
hasta ser llevado por la marea para dejarme llevar.
Quiero una discoteca, quiero volver a marchar
huir de estas cuatro paredes que cada vez son mas grandes, y ocultan las ventanas
soy el gato de Schrödinger en mi apartamento
vivo o tal vez no muerto.
Hago cosas o hago el intento, yoga sobre pavimento
Me vuelvo hiperlaxo hundido en el sofá
me he vuelto cancerígeno de tanto fumar
esperando el fin de su experimento
el fin o la muerte, pero encerrado ¿Qué más da?.

Por JesusDeCain


Señales de humo

“La crisis consiste precisamente en el hecho de que lo viejo muere y lo nuevo no puede nacer: en ese interregno se verifican los fenómenos morbosos más variados”.

Antonio Gramsci

Este maldito virus nos contagió a todos

de indiferencia, egoísmo al por mayor

bandadas de aves vuelan de a una

cada pájaro en su propio aire.

.

En el confinamiento dimos la cara

a través del espacio virtual

volver a los orígenes

los rostros, siluetas de humo

señales del fuego interior reprimido.

.

Es curioso ver las volutas de humo

ignoradas por la apatía

en suspenso en el cielo

con dos vistos verdes a los pies.

.

Sorprende que en este aire infectado

el humo aclare la retina

vemos los rostros tal cual son

conocemos mejor a las personas

por medio de remotas señales de humo.

.

No somos más que cenizas

de un sueño de humanidad.

Por Gonzalo Robles


Cuando vuelvas

En medio de una cama gigante te pienso

¡Ay, que te extraño!

estas sábanas ya no funcionan

como bunkers de olvido 

barreras para un mundo demasiado frío

.

No estás y el mundo está al revés

aunque es otoño, afuera hace verano

y en mi pieza llueve

.

Las gotas que caen en mi piel

se condensan en ideas demasiado exactas

de tu cuerpo

.

Cuando vuelvas

quiero que me toques de a poquito

primero deslizando tus dedos por mi brazo

pasando a llevar algo eléctrico en mí

mientras susurras «te eché de menos»

.

Quiero que tu aliento pasee por mi oído

revolviendo un poco mis ideas

hasta llegar a mi pecho

y que en el cuello se convierta

en algo así como un remolino

.

Entonces, suspenso

.

Llevas tus manos hacia mis pies

y haces arañas-tortuga

se pierden erráticas hasta mis muslos

-no hagas caso si me río-

en mi cadera se convierten en alas

las plumas rozan, ladinas

todo menos mi centro

mientras nuestros ojos se entretienen

viendo las ganas

retenidas en nuestros codos

-parecen saltarinas al merkén-

.

Después, hacia mi vientre

lleva tus ganas con la lengua

domínala para que me gane

y no tengas que seguir una a una

estas instrucciones

pero, antes

mezcla unos pensamientos oscuros

con un poco de saltarinas y plumas

e intenta entregármelos

rozando mi torso con tus rulos

restregando tus mejillas y ojos en mis ganas

-esas dos que apuntan al cielo-

amásalas como haciendo pan

-porque el amor es como el pan

hay que hacerlo todos los días-

.

Sí, queda una panadería entera por hornear

de tanto que nos extrañamos

pero quiero que me tomes de a poquito

que hagas rieles de mis costillas

y viajes por ellas con el tren que elijas

hasta hacer de mi cuerpo un continente o tu casa

.

Quiero que tu piel-fuego haga plasma con la mía

que de tanto remolino las confundas

pero, antes

deja leña por toda mi espalda

sembrando árboles nuevos en mi nuca

-debes tirar ligeramente de la plantación de pelo-

mientras tu mano busca algún borde

que me encienda los poros

.

De nuevo, suspenso

.

Con tus dedos de los pies

recorres mis pantorrillas y muslos

soy arena y tú una ola

que no se cansa de ir y volver

a veces llega hasta muy arriba y nos mojamos

.

Nunca pensaste que harías pan con los pies

soy masa dispuesta

soy campo arado

quiero que tu respiración me hable

en los hombros y el cuello

resopla mis brotes

abrázame de lado y dibuja mi silueta

cuéntame cómo es

quiero verla con tus manos

quiero que seas mi trampa

soy animal ardiente e indefenso

atrápame con piernas, brazos y todo tu verano

oblígame a sentir lo que deseo

entonces, llévame al horno

Por Ninfa María


Gracias Piño choroy

lacimarra

Revista La Cimarra, difundimos el arte para reivindicar lo que importa

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