Ignacio Narváez es un joven director de cine radicado en Barcelona, conocido por su último corto titulado «The Voyeur».
A pesar de enfrentar dificultades para encontrar un trabajo estable en el sector audiovisual. Ha logrado crear piezas impactantes que capturan la atención de los espectadores.
Su corto más reciente aborda la temática del insomnio y la parálisis del sueño. Explorando la sensación de impotencia al creer despertar solo para volver a encontrarse en un estado de sueño profundo.
Narváez lleva al público a cuestionar constantemente si están despiertos o no. Hasta llegar a un punto en el que la protagonista se desdobla y se da cuenta de que está atrapada en un sueño del que no puede despertar.
Conversamos con Nacho Narváez, esto quedó:
- ¿Qué te inspiró a abordar la temática del insomnio y la parálisis del sueño en tu corto «The Voyeur»?
La inspiración viene directamente de mi primera experiencia de parálisis del sueño a los 17 años.
Fue causado porque durante mucho tiempo sufrí de insomnio y me sentía desconectado de la realidad. Ya que me percibía medio dormido y medio despierto, no tenía una noción clara del tiempo.
En The Voyeur quise retratar esta experiencia claustrofóbica.
Ese día había llegado a casa muy cansado sintiendo que podía finalmente dormir, llegué a casa y me tiré a la cama enseguida, recuerdo que había visto la hora, y eran las 9:00. Intenté conciliar el sueño durante un minuto pero sentí que el insomnio se apoderó de mí, entonces, enojado, me levanté bruscamente para irme y en el momento que abrí la puerta ya me encontraba de nuevo acostado en la cama.
Cuando estaba en la parálisis me sentí atrapado durante 2 horas pero cuando me desperté, eran las 9:02, habían pasado solo 2 minutos.
- ¿Cuál fue tu enfoque para transmitir la sensación de impotencia y confusión en la protagonista mientras lucha por despertar?
Mi enfoque principal fue a nivel de actuación, busqué posicionar a la protagonista en su ambiente cotidiano. Mostrar las consecuencias del insomnio en su cansancio, en las pastillas y en las horas que vemos a lo largo del metraje. En la escena de la habitación quería posicionarla en un espacio claustrofóbico que exigía mucho esfuerzo físico. Requería una tensión continua de su cuerpo en estado de parálisis.
Repetimos las acciones muchas veces para lograr transmitir la confusión, el terror y la sofocación de la protagonista.
Todo esto lo acompañamos con algunos trucos de cámara como el motion blur en la escena de la calle cuando camina, o el efecto de whip pan en la habitación para dar esa sensación de que se está mirando a ella misma. La banda sonora potenció las acciones y el terror de estar atrapada en la parálisis.
- El desdoblamiento de la protagonista en el corto agrega una capa adicional de intriga y suspenso. ¿Qué querías transmitir con esta escena y cómo lograste capturarla visualmente?
El desdoblamiento está planteado desde el principio del corto.
Se escucha una respiración en la mayoría de las escenas que obliga a la protagonista a girarse. Esta respiración recurrente junto a la acción de girarse son fragmentos del desdoblamiento. Mi idea era llevar sutilmente a la escena de la habitación cuando ella está de pie frente a la puerta y escuchamos esta respiración en crescendo, la protagonista se gira y se ve a ella misma acostada en la cama.
Con esto quiero mostrar que, tal vez, ella siempre estuvo dentro de esta parálisis.
Además quería hacer alusión a lo que llamé en el título “The Voyeur”, esa presencia que sentía cuando me encontraba en parálisis.
Una presencia que te mira, te respira en el cuello, una presencia a la que no puedes ver pero que puedes sentirla y escucharla en tu habitación, una presencia que te quiere consumir y lastimar, que te mantiene paralizado. Como si fueran manos saliendo debajo de la cama, abrazándote y apretándote para asfixiarte.
Finalmente, con esta “presencia”, quería también desvelar el rol del espectador, la posición “The Voyeur” que tenemos al ver el corto, sentados cómodamente, mirando el sufrimiento de alguien más. En este momento el que está detrás de ella somos “nosotros”, “el espectador” que observa. Quería mostrar que el momento que se gira, se gira hacia “nosotros”. Vemos su cara, ella parece que no nos mira, aún no sabe que estamos ahí pero al final se gira y mira fijamente a la cámara, desvelándonos.
Yo tenía muy claro desde el principio que para lograr este efecto en el que ella se mira a sí misma había que hacer dos tomas, una de ella estando de pie frente a la puerta y la otra estando acostada, unir estas dos tomas con un movimiento rápido de cámara llamado Whip Pan que te permite luego en montaje esconder el corte.
- Narváez, como director joven y con dificultades para encontrar un trabajo estable en el sector audiovisual, ¿cómo has logrado mantener tu pasión y seguir creando piezas impactantes?
Supongo que es algo que viene desde dentro tuyo es como tu naturaleza, no puedes evitarla, sea que te vaya bien o mal tienes que respirar.
Una necesidad de decir, de mostrar lo que piensas, de sacar, de desahogar todas esos pensamientos, convertirlos en arte es solo lo que viene por defecto y hacer tangible lo que te intriga de esta vida. También esa necesidad de mostrar de que el mundo, el tiempo están en un inagotable movimiento y la gente va como espectros por la vida.
Desde que descubrí que me quería dedicar al cine he buscado siempre mantenerme ocupado con algún proyecto personal, siendo fotográfico o fílmico. Me he inspirado en directores como Kar Wai Wong, Leos Carax, David Lynch y de películas animadas de William Kentridge o Satoshi Kon.
También me ha ayudado mucho el apoyo de la familia, sin ellos sería muy difícil continuar en este mundo, los primeros actores con los que más trabajo son ellos, me aguantan con mis ideas, videos y fotos. Además están mis amigos y ayuda mucho rodearte de gente que tiene esa pasión por crear, por el arte.
Al final, el cine es para un público, compartir lo que tienes dentro y qué mejor que hacerlo en conjunto.
- ¿Qué desafíos has enfrentado durante la realización de «The Voyeur» y cómo los superaste?
Siendo mi primer cortometraje con un equipo más profesional y con presupuesto, la primera dificultad que encontré fue a nivel producción.
Cuando uno empieza y sobre todo en un país ajeno a uno, es complicado calcular correctamente el presupuesto y todo lo que uno necesita a la hora de rodar.
Lo más complejo es lograr que la parte creativa no sea consumida por todos los problemas técnicos que uno se enfrenta a la hora del rodaje, por no hablar de las condiciones climáticas si es que grabas en exterior, ese día empezó a llover y hacía mucho viento.
Otro de los grandes desafíos ha sido a nivel de dirección actoral. Bryerly Long es una actriz que ha trabajado en bastantes proyectos profesionales y tiene mucha experiencia. Yo no encontraba muchas veces la manera de explicarle mi visión entonces busqué centrarme en lo palpable de la escena, en lo que se puede “actuar” y no irme mucho a lo abstracto.
- ¿Cuáles son tus planes futuros en el campo del cine? ¿Tienes algún proyecto en mente que te gustaría realizar próximamente?
Por el momento estoy en la postproducción de dos cortometrajes que hice el año pasado junto a “The Voyeur”. Donde también juego con la idea de que estamos siendo observados constantemente ya sea por alguna presencia surreal o por algo más común como cámaras o móviles que en sí tienen su propio lente u “ojo”.
Me gustaría dirigir un cortometraje más sobre uno de los dos guiones que ya tengo preparado que tratan también sobre esta idea del voyeurismo buscando a la vez mezclar diferentes géneros como el thriller psicológico junto a fantasía.
Mis planes a futuro es trabajar en este mundo, siendo montador, asistente director y sobre todo dirigir películas en Ecuador o cualquier parte del mundo.
Muchas gracias por tus palabras Nacho Narváez
Puedes mirar el Corto de Ignacio Narváez AQUÍ
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