Noche de mujeres poetas con Carmen Berenguer, Paulina Correa y Cata Amaire

Por Cata Amaire

La noche del 31 de fue mágicamente maravillosa. Las protagonistas fueron mujeres poetas de todas partes del globo. Se reunieron a compartir sus versos, los que se pueden encontrar en «Voces de mujeres por la SECH». Las gestiones de esta noche tan especial fue llevada por la poeta y gestora cultural, Paulina Correa, quien dialogó con la revista La Cimarra. Nuestra entrevistadora, Cata Amaire, le hizo interesantes preguntas de donde salieron impresionantes respuestas que pueden leer a continuación.

¿Cómo definís la participación de la SECH – El Refugio durante la pandemia?

Al iniciar la pandemia era previsible que íbamos a estar separados físicamente por un tiempo largo, la experiencia de Europa así lo indicaba. La decisión fue inmediata de abrir una plataforma virtual y seguir con la actividad literaria, siendo además un punto de encuentro y de solidaridad entre los escritores chilenos, también con lectores. Pronto nos daríamos cuenta que se abriría una puerta virtual a todas las regiones del país, a puntos en que jamás habíamos podido llevar nuestra actividad, personas de Caleta Tortel o Palena, lugares aislados del sur se podían conectar con nosotros, también de fuera del país, Colombia, Argentina, Ecuador, México, Uruguay, España. Fuimos valorando en el encierro el compañerismo, el aprovechar el tiempo para mostrar el trabajo de muchos, varios libros se han lanzado en estos meses, presentaciones de revistas, entrevistas a poetas y narradores, recitales dedicados a un colectivo o a una solo artista. Ante los temores colectivos ha sido un espacio de contención, de saber el estado de los otros, acompañar a los mayores, guiarlos para incorporarse a un mundo virtual, siempre en torno a las actividades literarias, pero juntos. Hoy que estamos en un momento en que se ha levantado cuarentena hemos decidido continuar en esta modalidad que nos acerca, creo que será así por mucho tiempo.

¿Cúal es el rumbo que ves para este espacio poético?

Me ha correspondido estar en el Refugio los últimos seis años, es un punto de encuentro que privilegia la inclusión y la diversidad, poetas, narradores, dramaturgos, todas las generaciones, todos los estilos, el principio es que todos merecen ser oídos, todos pueden escribir. Ahora por la vía virtual, si luego volvemos a poder ocupar la Casa del escritor de todos modos veremos de transmitir las actividades, así los que no pueden trasladarse en Santiago y los que están lejos podrán ser parte, es una maravillosa experiencia en medio de tantas penas.

¿De dónde nació la iniciativa para hacer una lectura de mujeres? ¿Por qué?

Tuve la idea al ver la masiva presencia en las redes de nuestras compañeras, la fuerza tremenda que desplegaban en el peor momento de la pandemia en Chile, Julio, un mes negro de muertes y enfermedad. Fue un acto de vida, de energía ante la desgracia, todas levantando sus hogares, sus vidas y su escritura, lo propuse en la SECH y lo convocamos con una respuesta maravillosa.

¿Te sorprendió la participación sorpresa de Carmen Berenguer?

La presencia de doña Carmen fue un momento único en el encuentro, yo la había invitado pero los viernes tiene su taller, del que alguna vez fuí parte, ella llegó al cierre casi, despertó el cariño y el respeto por su obra, se hizo el espacio y leyó poemas escritos en los últimos meses sobre la movilización, la pandemia y las mujeres, fue un gran presente para todas las asistentes más aún se incorporó al grupo y oyó con atención a las tres poetas que quedaban, un gran momento. 

Covid 2019

Y esto no es todo

.

De solo pensar que este virus

Me ha convertido en asesina

Ya que sueño con capturarlo

Paso días de sol achicharrada

Tomo litros de jugo de limón

Bicarbonato para alcalinizarme

Me sirve además para el brote de algún tumor

Y si logro matarlo antes que llegue al pulmón 

Pase de largo a los jugos gástricos del estómago

Y fatídicamente muera en mi propio cuerpo

Nadie podría juzgarme porque la quimioterapia

Me borró las huellas.

Sería el fin del corona saurio.

.

Y no es todo

.

Si hubiera reaccionado a tiempo

Con el deseo de sacarlo de la casa

del vecindario del país

Todo hubiera sido mas llevadero

Que este tormento de lavarme las manos todo el día

El suplicio de cambiarme la ropa a cada rato a cada instante

El calvario de sacarme los zapatos cada vez que entro a la casa

La asfixia que siento al taparme la boca y los ojos

El terror que me vengan a buscar en una camilla

.

Y eso no es todo

.

La pesadilla de haber perdido la batalla frente a este asesino

El infinito dolor que siento por ser vieja

y morir sin nombre sin amigos sin nadie

.

Y eso no es todo

.

Sin duda que aplaudirían

por su eficacia en el laboratorio de Bioterrorismo

En donde se han servido de todos los avances

De las nuevas nanotecnologías

Como pegar borrar y modificar virus DNA  RNA

Y ponerle antenas para matar viejos

Y todo lo que estorbe en este futuro actual  en el mundo de la  robotomía.

.

Y eso no es todo

.

Los que pensamos en el futuro llegó antes del fin de este escenario

Como lo conocemos que es hoy y mañana

Cuando nos asomemos al balcón de nuestros guetos verticales

Saludando el sol  y  el jabón que mató a este pequeño virus Satánico 

Sonreiremos y saldremos felices abrazándonos 

Ya que lo que soñamos despiertos encerrados en nuestras madrigueras

De hacer pan casero y huertas en nuestros balcones

Estaremos cansados con hambre y sin trabajo

Y mas endeudados aún porque firmamos desesperados

Papeles para continuar viviendo

Que hasta los animales perdieron el rumbo y salieron a buscarnos porque pensaron Que ya no estábamos aquí

Cuando salgamos mañana en puntillas 

abracémonos en silencio para no asustarlos.

.

Y eso no es todo

Por Carmen Berenguer

VEJEZ

De qué manera siento en este instante

en que se ha desatado una pandemia

y me obliga a pensar que hoy podría morir

y el tiempo se nos acorta

.

Descifra los sentimientos que expresan los dolores

estado interior de mis dolencias

que los aumenta en estado de vejez

que siente y escucha

como son los huesos que crujen

en el desgaste de uso 

.

Así los explico

cuando se me hincha el brazo derecho me digo

no me duelas 

no ves que escribo con él

déjame que lo soporte al menos

nos hace el recuento

del tiempo vivido

.

No quiero que me inhabilites

culpando a la neuropatía 

es la yapa de la enfermedad del siglo

son dolores con aguante de yerbas

de tiempos imperecederos 

en males intensos

.

Déjame pensar en lo que viene

cómo están mis piernas

déjame caminar

hasta donde me lleves

digo son del alma

y son tristes y quiero pensar que este cuerpo

ha tenido su caminata febril

como para despojarme de ella en forma repentina

.

Así de taciturna rebelión

olvido que tengo los tobillos rotos

volando un día al son de trampas y desatinos

.

No es acaso mi pelo quien

expresaba con fuerza

este instante de dura pertinencia

este espejo de la noche

sin cerrar los ojos todavía

se muestra sempiterno el nuevo rostro del infierno 

.

Aunque ha llegado de forma inusitada

no esperaba este mundo de encierro

siendo ajena a esta pandemia

hay montones en todos los rincones

eco multitudinario de terror en un amanecer temprano

en este silencio mundano se ha acurrucado la fauna

.

Y de qué se trata esto que no me había dado cuenta

de los años que compartimos en cafecitos

o en el mate de leche de infancia

cosas amontonadas se me vienen desnudas

.

Necesito revisión atolondrada de noches insensatas

que según las lluvias anegan el ayer

lo que en la pasión brotaron mojadas en esta tierra común

la vida es sagrada Dionisio!

.

En tiempos cordilleranos cuando la respiración agitada

en la tos el eucaliptus

en las inhalaciones tortuosas al vapor de su aroma

en las orillas del río 

.

Irrumpe prematuro este silencio de noche en la cuarentena

fijada por la razón de costumbres presentes 

enraizado en la lentitud del fuego pausado

en ese retorno hecho de costumbres

.

No tiene razón la prohibición el confinamiento

de súbito aquí están las silabas fogosas

como rosa seca en las páginas de anoche 

un aroma no hablado

un reencuentro de palabras y cosas de súbito olvidadas

por el artificio de la prisa

.

Y es que ha llegado la calma de la edad en tiempos virulentos

es azaroso contar las letras

cómo vivo este momento sin pasar por alto

la revuelta juvenil y lo que dejó en mi cuerpo 

un desatino de ira infinita que me hizo añicos 

el único sentido de la existencia y el olvido de ella

cuando se bajaron todas las defensas

fui presa de la incertidumbre

.

En ese trance

pensé los días vividos

cuando se cayó todo el valor del sistema del mundo

el que fugazmente conocimos un día

.

Y todavía queda más en los estragos del tiempo

como si el primero no me hubiera devastado

en el segundo me deja sin voz

el torbellino de inhalaciones

tormento de exhalaciones ese aire inaudito

.

Donde se aprovechan las palabras del canto

afónica yo que fui salvaje

aprendí a decir lo máximo en su medida

los sentidos del alma

y los de la vida semejantes

.

Que verde el mar que azul la tierra qué infinita la llanura

En este innoble paraíso

Por Carmen Berenguer


¿Qué opinas de quienes viven en este contexto en Parque Forestal?

He estado encerrada, no los he visto en persona, pero ya a finales del año pasado Santiago estaba poblado en sus calles y parques de personas sin un techo, libradas a su suerte, escribí entonces un poema que se llama Bandejón central, creo que expresa mejor lo que siento:

Bandejón



Central,


Alameda sin

delicias,


desagüe del

barrio alto,


marchas

impúdicas,


 oídos

sordos y bocas apretadas.


Cemento

hirviendo, 


Alameda esquina

ninguna parte.


 Isla

mugrienta de desechos humanos,


cartones,

trapos.


Algo parecido a

una mujer se asoma de un cubil.


No mires para

el lado que la ves,


Un turista le

toma una foto,


La sube en

facebook, 


en

instagram, 


pobreza made in

Chile,


En segundos sus

ojos tristes y sus greñas son virales,


La baba de la

pasta base es trending topic.


Alameda con

calle Nueva York, 


en la Bolsa

especulan con tu futuro y el mío,


Apuestan a las

almas que llenarán el bandejón Central.


Santiago

emprendedor,


un viejo

profesor baila desnudo en Ahumada,


por monedas

también canta el himno nacional,


Los pacos se lo

llevan,


Lo ocultan en

las mazmorras empapeladas de cartolas de AFP,


Le explican que

haría bien en morir rápido,


Que su tiempo

se ha vencido.


Bandejón

central, 


dos seres

tienen sexo bajo una carpa de montaña,


o capaz que

hagan el amor,


ahí donde

el  plástico neutraliza su olor y su existencia,


metáfora de

camping de los servicios sociales,


quizás es amor

a la vida, 


un gesto de

sobrevivencia,


un desgarro

del alma que quiere seguir viva.


Los pacos les

gritan que es falta a la moral,


en este país

sin moral.


Los

apalean  para separarlos,


para que nadie

pueda ver que están ahí.


Pero no

importa,


 los

conductores 


solo ven

basura, 


Una carpa

ensangrentada,


Si tienes

suerte nunca estarás ahí,


No lo pienses,

acelera,



Si

tienes suerte nunca estarás ahí.    

Por Paulina Correa

¿Qué pensás sobre las revoluciones de un botón, las llamadas revoluciones digitales?¿Crees que es posible hacer política poética?

Sin duda, es posible, ahora estoy en un proyecto de Ramón Griffero, justamente él así lo denomina, abordando lo que ha ocurrido en pandemia.  En un click el mundo se comunica, se viraliza la información, no es un accidente que los procesos sociales hoy en Asia, América Latina o Europa tengan puntos de encuentro.

Después de la pandemia, ¿Cómo ves el panorama social? ¿Lo acercarás más a una edad oscura o a una woodstock tecnológica?


La pandemia hizo más visible la pobreza, las inmensas brechas sociales, las profundizó, para muchos serán años muy difíciles, eso sin contar con el desarrollo mismo de la pandemia que no es un proceso cerrado. Para los que puedan acceder al mundo tecnológico sin duda van a canalizar su vida en ese espacio, las relaciones y las acciones se han vuelto virtuales. Para hablar de woodstock te diría que sí es posible, por ejemplo en la literatura y el arte en general acampar en internet y hacer volar la imaginación, siento que es un privilegio poder hacerlo en tiempos como  estos.

Muchas gracias Emperatriz Berenguer y Paulina, ahora para terminar me gustaría dejarles el poema que tuve la oportunidad de leer aquella noche de poesía femenina:

No quiero tener que escuchar,

nunca más,

relatos de mujeres

que me cuentan llorando

que su abuelo la tocaba,

que su esposo le pegaba,

que no tuvo donde irse,

y que su hermano la violó.

Pero, ahora, que, sí, lo sé.

Quiero que esas palabras resuenen,

dentro de mi pecho,

que pueda gritar dagas,

que sean mis palabras espadas,

que dejen una grieta clavada,

para que ninguna otra mujer

tenga que susurrarle palabras

a sus amigas

como si no debiera dolerle

esa traición.

Por Cata Amaire

lacimarra

Revista La Cimarra, difundimos el arte para reivindicar lo que importa

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