El viernes 18 de septiembre se realizó la concentración “Antigrita Barcelona: Del miedo nos creció la rebeldía” en apoyo a las distintas acciones que les compañeres mexicanas están realizando para denunciar los feminicidios. En especial para apoyar la toma de la sede de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) que realizaron madres de mujeres violadas, desaparecid@s, asesinadas y colectivas feministas a principios de este mes, hartas ya de tanta impunidad ante los feminicidios.
Desde la diáspora mexicana y la sororidad feminista antirracista un grupo de mujeres y personas trans* se autoconvocaron para organizar una jornada en apoyo y visibilizar su lucha desde Barcelona. Responsabilizaron a AMLO y todos los dirigentes del estado mexicano por las violencias que existen actualmente en México. Señalaron que estas violencias no serían posibles sin la complicidad de Estados Unidos y la Unión Europea. Denunciaron, además, las políticas de muerte y persecución del actual gobierno mexicano hacia los pueblos indígenas y hacia las mujeres que se organizan para exigir justicia entre tantos feminicidios y desapariciones.
También denunciaron las violencias que se ejercen contra las mujeres y personas trans* migrantes y racializadas en Europa. Señalaron que la criminalización que actualmente viven las comunidades migrantes y las muertes de miles de personas en el mar mediterráneo son consecuencia directa de las políticas europeas.
Finalmente, luego de la lectura de las demandas de las madres, se abrió un espacio de micrófono abierto donde distintas mujeres tomaron la palabra para expresar su solidaridad y apoyo a las compas mexicanas y pueblos indígenas.
Aqui una de las palabras expresadas Por Joyce Jandette
Sembrando ausencias, cosechamos desierto.
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Poetizar la catástrofe ya no basta
para eludir la aridez de nuestra desaparición
Porque contra toda ley de la física
nuestros cuerpos siguen siendo desaparecidos
y la energía con que imaginábamos
otros mundos posibles
sigue siendo destruida.
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Decir Juárez
denunciar feminicidio
llorar las vidas arrancadas
contar muertas, desaparecidos,
6 13, 30, 43 millones y millones…
números vacíos
palabras que no alcanzan
para nombrar esta amargura
que ya no es nuestra
porque ya no queda nadie aquí
para nombrarla
ni mucho menos quien la escuche.
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Vivimos en el entierro
bajo la tierra hundimos juntxs
nuestros cuerpos
para rehuir a la desolación.
Te abrasa el desierto, te sepulta el asfalto.
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Decimos multinacional extractivista y podríamos decir mundo
decimos feminicidio y podríamos decir desierto
decimos niñita violada y descuartizada y podríamos decir
el horror nos ha abandonado, no nos queda nada.
Las madres dejaron de ser madres
las ciudades dejaron de ser ciudades
las miradas dejaron de ser miradas
porque las vidas también dejaron de serlo.
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¡nada basta!
El desierto nos ha poblado sin piedad.
Pese a todos nuestros esfuerzos
pese a que nos afanamos dementes
por seguir la agenda
minuto a minuto, paso a paso,
a costa de todo, a costa de todas
como llevando a cuestas el lema “¡agenda o muerte!”.
Pero el desierto nos ha poblado sin piedad.
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Pausa
checar el feis para olvidar por un segundo el abandono
Pausa
inventarse un amor
Pausa
perder un amor
Pausa
montar un show, una performance
Pausa
una noche de fiesta y sustancias
Pausa
planear un viaje
Pausa
hacer un viaje
fingiendo en cada acto
que la huida salva a la fugitiva.
Pausa.
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Pero por cada poro se sigue respirando la muerte
y el nudo de lágrimas no deja de estrangularnos la garganta
porque no se puede llover en el desierto
la devastación no se detiene
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¡Y pese a todo seguir pidiendo una luz por ti
y por todxs nuestrxs muertxs y desaparesidxs.
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¡cómo si no!
¡Cómo si no, aunque todo esté perdido!
¡Cómo si no, aunque todo sea un espejismo en el desierto!
¡Cómo si no, dejarme el cuerpo en Abya Ayala!
¡Cómo si no, ahogarme en su basto cielo y hacerme cenizas en su sol ardiente!
¡Cómo si no, mi todo por esas guerreras!
¡Cómo si no, estrecharlas fuertísimo contra mi cuerpo y bailar, cantar y gritar con ellas!
¡Cómo si no! ¡Cómo si no! ¡Cómo si no!
… por aferrarnos a lo que nos quede de vida
.
¡¡cómo si no!!
…
Nota: Este poema, leído en pleno 2020 en el centro de la plaza del ayuntamiento de Barcelona, lo escribí hace 6 años, después de unas jornadas activistas feministas realizadas en Ciudad Juárez. Duele la vigencia, duele que el tiempo pase, pero el duelo no deja de pesar y crecer. Hoy nos siguen asesinando y desapareciendo y por eso mismo no dejaremos de salir a las calles, organizarnos y defender la vida y la alegre rebeldía.