La escritora chilena y mapuche, tititraico, nos ha enviado una selección de sus últimas creaciones y queremos compartirlas con ustedes.
Nos confieza que han sido meses de mucho trabajo en colaboración con diferentes agrupaciones literarias feministas.
Para poder entender un poco más a la titi le pedimos que nos de una breve descripción de su escritura y nos dice entre risas:
No temo al cambio, a la transformación como constante de quien soy, de lo que soy, mutación que traslada su raíz, pero que siempre será la tierra, mi tierra mi bella cicatriz.
Sociologa y feminista, nos la podemos encontrar recorriendo y fotografiando distintas zonas de España.
Tititraico nos confieza que extraña mucho poder ir a visitar Chile, sin embargo inspiración no le falta.
Aquí les compartimos alguno de sus textos para este especia de TITITRAICO:
La (in)quieta ciudad
Camino tranquila, estoy bien, si, estoy contenta. Y se me caen las lágrimas, murmuro, ¡la cabeza me va a explotar! El cielo está azul, es un día maravillosamente soleado. Y en la distancia, en la distancia el grito de la dignidad siento y mi piel quema por dentro, mientras se cuela por mis venas que saben a tierra.
Me duele el cuerpo,
cae mi sangre,
el río la limpia, o
eso intenta.
Mientras más fluye, más rojo su caudal,
mientras más fluye más intenso el hedor a muerte sin razón.
Historia circular de un paseo matinal que se despedaza al son del gatillazo que con la vida de otro hace malabares.
La fuerza de quién pisa el asfalto sin esperanza,
ebulle como lava ardiente.
Renace con la fuerza de la alianza, con la fuerza de quién entiende que en lo colectivo se está vivo, viva!
Renace con el de color del pingüino, de quién se atrevió a decir basta!! ¡A decir una y mil veces NO PASARAN!
Fuerza rebelde,
herencia no reconocida de quienes hoy luchan mano a mano o
¿es sólo una ilusión más?
La historia hoy nos reencuentra con el dolor de la opresión y de las muertes de hace 500 años, en su postmoderna y particular pantomima de represión impune que, bajo el auspicio de la violación maquiavélica de la democracia palabra en femenino no por casualidad que,
perpetua el día a día de la violencia versus la violencia.
Y SE APODERARON DE LAS CALLES al paso del guanaco y su escupitera de impunidad. Pero ahí siguen, ahí seguirán, ahí seguiremos la pobla, el flaite, el peñi, la lamngen. Mientras los cuicos se conjugan y se confabulan por la luca que les da vía libre para vivir,
mientras otras se juegan la vida por sobrevivir.
Mi paso, lento…
me siento y contemplo la bella e inquieta ciudad.
Corazón apretado, mi grito es profundo, alarido animal.
Continuo mi paseo matinal, esbozo una nostálgica sonrisa. ¡Esto mejora a momentos! Las manos heladas. Qué día más cálido, se me duermen los pies, las piernas. La vida se detuvo, fuego de ya no estar. ¡Cómo un día de verano!
Sus textos los comparte con fotografías y ahora les invitamos a ver su segundo texto de esta publicación:
Juegos callejeros: vives o ¿mueres?
Desde la esquina observo el ajetreo de la pequeña ciudad. Un día cualquiera tal vez,
algunas caminan al son marcado de una rutina no pedida,
otras ponen a broncear sus ilusiones al desnudo, sin pudor, sin miedo.
Juegos callejeros, o más bien arte y distracción efímera y fugaz que nada altera y que solo una moneda pide de tu cartera.
Esta vez, juego fallido, no hubo moneda, no hubo ilusión. Aprieto los dientes y huyo de ese momento que no presencie.
¿Alterar? ¿humm! Me río, me río casi a carcajadas de lágrimas ajadas.
Alterar, ¿alterar que?, ¿tal vez eso que rima con matar? ¿con asesinar?
Maldito malabar de palabras que con 5 balazos otra vez de rojo tiño el asfalto. Y de rojo furioso la dignidad, dignidad herida, pero nunca más dormida.
Ley arbitraria, dime quién eres, y ya te diré si vives o mueres. Dime quién eres, y ya te diré en que calabozo mueres. No es mi intención repetir la palabra, se repite por si sola, y resuena como eco profundo, triste y poderoso de quienes hoy ya no están.
Puedes conocer más de TITITRAICO en su Instagram @tititraico
