Desde Chillan la escritora Loreley, con comparte un poema cargado de la más dura realidad, desgarrador e intenso de principio a fin, un relato que nos hace pensar en la memoria, en el dolor de cargar con recuerdos crudos y violentos sobre los hombros.
Escritora desde muy temprana edad, participa en el grupo literario «Conversando con versos y cuentos» en la Biblioteca Municipal Volodia Teitelboim de Chillán desde el año 2016, cuenta con la participación de la Antología española, “Relatos Íntimos” de la Diversidad Literaria y Antología “Cuentos de bolsillos” junto a otros escritores de Chillán. En el año 2018 presentó su primer libro, “El hombre que comía espinas y otros relatos excéntricos”, ha participado en cursos en la sociedad de escritores de Chile, en el “Taller de lectura” de Aitor Romero, también participo en el “III Congreso Canario de Minificción”, Universidad de la Laguna (Tenerife) y dar los primeros pasos en la escritura peligrosa. Así fue como la revista de literatura de ficción Origen Cuántico, publicó uno de sus textos.
Ahora dejamos con ustedes su relato «Cariños mamita» a leer…
Cariños mamita.
¡Buenos días, mamita!
Le cuento, que ayer le di unos golpecitos a un joven ¡¡que estaba quemando una iglesia!!
En realidad, le di unas cuantas patadas en la cabeza. Pero no se la rompí, y quedo vivo. ¡No me mire feo!
¡No se asuste, mamita!
La iglesia ardía y las llamas, dibujaban seres raros en el cielo. Hubo una orden, que yo no escuché.
¡Mamita, me pagan por hacer este trabajo!
Es verdad, que el joven lloraba lágrimas de sangre. ¡Pero yo no fui el culpable! Yo, solo le di cientos de patadas en la cabeza, hasta que su cerebro…
Así, Juan seguía esta absurda conversación, antes de vestir su traje policial.
La madre, permanecía inmutable, en la fotografía del salón sin luz.
Loreley, Tenerife
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