Alejandra Costamagna en Argentina.

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Hoy tenemos el honor de hablar con una de las escritoras chilenas más importantes de los últimos años, Alejandra Costamagna. Ella ha sido reconocida por su trabajo como cuentista, novelista y ensayista, y ha sido galardonada con varios premios literarios. Actualmente, se encuentra en Argentina para presentar su último libro, «Había una vez un pájaro», publicado por la editorial chilena Cuneta. Todo se ha generado en el marco de la Feria Internacional (FIL) de Buenos Aires, donde Santiago es la ciudad invitada de honor.

Esta obra cuenta con tres cuentos, donde la autora explora situaciones desde la perspectiva infantil, en donde sus temas aparentemente superficiales transmiten mucho más, una realidad trágica detrás de un velo del relato infantil. En particular, el cuento que lleva el mismo nombre del libro, es una historia de un quiebre en la relación de una hija y su padre en los años 70´s bajo el manto de la dictadura. Alejandra, bienvenida, es un placer tenerte con nosotros.

Preguntas:

  • «Había una vez un pájaro» es un cuento que explora la realidad de la dictadura chilena desde la perspectiva infantil. ¿Por qué decidiste abordar este tema y qué buscabas transmitir al lector?

Me inquietaba cómo un quiebre social que desmoronó un país entero tenía su correlato en los pequeños núcleos y en el día a día. Pero no me interesaba representar explícita ni documentalmente los hechos, sino bucear en los espacios puertas adentro, en los quiebres al interior de una familia, en lo que se salía de foco, en los detallitos, en las minucias del quiebre, en las pesadillas y también en las fantasías despertadas en quienes no tenían herramientas para entender el movimiento de piso. Y sobre todo en los silencios, ahí me interesaba bucear.

  • En el cuento «Había una vez un pájaro» se puede apreciar una narrativa rítmica, dinámica e íntima. ¿Cómo fue el proceso de escritura para lograr este efecto en la narración?

Gracias por la apreciación. Quizás tenga que volver a la idea del silencio para responder. Imagino que al escribir debe haber rondado en mi cabeza una idea de Clarice Lispector, de quien tomo además el título del cuento y del libro. Dice ella que “ya que hay que escribir, al menos no opaquemos con palabras la entrelínea”. Escribir sabiendo que todo el rato estamos callando algo y estar muy atentas, muy atentos a esa escucha. Porque acaso desde ahí es posible dar cuenta de aquello que la palabra no alcanza a tocar.

  • ¿Qué te inspiró a escribir cuentos que exponen situaciones desde la perspectiva infantil y cómo logras transmitir temas complejos a través de esta perspectiva?

No lo sé, no fue algo programado. En El discurso vacío Mario Levrero dice “cree la gente, de modo casi unánime, que lo que a mí me interesa es escribir. Lo que me interesa es recordar”. Al dar los balbuceos iniciales de estos cuentos, seguro que rondó esa relación entre recuerdo y escritura. Y dado que mis primeros recuerdos están necesariamente atravesados por ese tema complejo que es la dictadura –porque nací poco después del golpe–, la escritura pasaba por ahí también.

  • ¿Cuál ha sido la recepción de tu escritura en el extranjero, particularmente en Argentina donde se presentará «Había una vez un pájaro»?

He tenido interlocutores que me han aportado mucho, especialmente con los libros Imposible salir de la Tierra, que salió hace poco más de un año con Añosluz, y El sistema del tacto (Anagrama), que alcanzó a salir justito antes de la pandemia. Son libros muy distintos, pero pienso que hay un diálogo entre ellos que acaso tenga que ver con cierta normalidad trizada.   

  • «Había una vez un pájaro» es un cuento que ha sido reescrito a partir de tu primera novela «En voz baja». ¿Qué te motivó a hacer esta reescritura y cómo se relacionan ambas obras?

El editor Galo Ghigliotto me propuso reeditar la novela, a 17 años de su publicación original, y al releerla me encontré con una voz que me pareció ajena. Ya no me reconocía ahí. La motivación entonces fue acercarme a esa historia desde el registro, la sensibilidad, las conexiones y la respiración de la lectora que era hoy. Yo diría que es una escritura lateral, inspirada en la novela, más que una reescritura. Y se relacionan como dos parientes muy cercanas, que se podrían juntar a charlar por horas.

  • Además de «Había una vez un pájaro», tu obra cuenta con varios cuentos y novelas. ¿Hay algún personaje o tema que te interese especialmente explorar en tus escritos?

La memoria tiende a aparecer siempre. Pero va tomando distintos cauces. Es un río muy generoso en su caudal.

  • ¿Cómo has evolucionado como escritora a lo largo de los años y qué influencias han tenido en tu trabajo?

No sé si me acomoda demasiado la palabra “evolucionar”, porque me suena un poco a progreso, a línea de ascenso, a carrera. Y trato de que la escritura sea lo más placentera y lo menos programática posible. Pero hay cambios, claro, que tienen que ver con asimilación de lecturas, de experiencias, de desvíos, de balbuceos, de aventuras, de pérdidas, de pequeñas felicidades, de tiempos muertos, en fin. 

  • Finalmente, ¿cuáles son tus próximos proyectos literarios y qué podemos esperar de tu escritura en el futuro?

Estoy escribiendo algo, que todo indica que será novela. Pero quién sabe.

Instagram Alejandra Costamagna:

Alejandra Costamagna

Link editorial Cuneta: 

editorialcuneta.com

Librería que alojará la actividad:

otrasorillas.com.ar

Afiche de la presentación:

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lacimarra

Revista La Cimarra, difundimos el arte para reivindicar lo que importa

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